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domingo, 10 de diciembre de 2017

segunda semana de ADVIENTO

HOY ENCENDEMOS LA SEGUNDA VELA MORADA

“El Adviento es un tiempo para reconocer los vacíos que hay en nuestras vidas, suavizar la aspereza del orgullo y hacer un lugar en nuestro corazón a Jesús que viene”.


Palabras del Papa Francisco a la hora del rezo del Ángelus en la Plaza de San Pedro, el domingo 10 de diciembre, II del tiempo de Adviento

lunes, 4 de diciembre de 2017

CAMINO A BELEN

COMIENZA EL ADVIENTO
Y CON EL NUESTRO CAMINO HACIA BELEN...

Seguimos nuestro andar iluminados por la luz de nuestra CORONA DE ADVIENTO

Bendición de la corona: “Señor, te pedimos que derrames tu bendición sobre esta corona, para que nos recuerde domingo a domingo que debemos estar despiertos esperando a Cristo que nos trae la salvación. No dejes que los males que nos rodean nos impidan comprometernos con la realidad para cambiarla. Te lo pedimos por Cristo Nuestro Señor. Amén.”

Oración frente a la corona: 
(algún integrante de la familia enciende la primera vela morada). “Encendemos Señor esta luz, como aquel que enciende su lámpara para salir en la noche al encuentro del amigo que ya viene. En esta primera semana de Adviento queremos levantarnos para esperarte preparados, para recibirte con alegría. Muchas sombras nos envuelven. Muchos halagos nos adormecen. Queremos estar despiertos y vigilantes, porque tú nos traes la luz más clara, la paz más profunda y la alegría más verdadera. ¡Ven, Señor Jesús. Ven, Señor Jesús!”
Peticiones: A cada petición respondemos: ¡Ven, Señor, te esperamos!
-Para que tu luz nos haga salir de la oscuridad.
-Para que tu presencia nos quite los temores.
-Para que tus enseñanzas orienten nuestra vida.
Rezamos juntos: Padrenuestro, Avemaría Y Gloria

Oración final: 
“Querida Madre, se te ha encomendado la misión de estar siempre despierta para atender a todas nuestras necesidades, particularmente cuando el peso de las responsabilidades nos agobian. Camina junto a nosotros en este Adviento. Amén”.





lunes, 8 de mayo de 2017

DIA DE NUESTRA SEÑORA DE LUJAN



En 1630, cien años después del milagro de Guadalupe, María se manifiesta en el Río de la Plata. Como suele ocurrir con la Santísima Virgen, a fuerza de milagros se produjo un fenómeno de conversión popular que arrastró a millones de personas a través de los siglos, al amor verdadero por la Madre de Dios y a través de Ella a Cristo.
Los milagros que a su vez atraían a una mayor devoción de la naciente Virgen de Luján, entonces la caridad de una rica mujer del lugar se unió a la santa humildad del negro Manuel, y juntos dieron inicio a la expansión de la obra del Cielo: la ciudad de Luján nació bajo el Manto de María, y aún hoy bajo Su Manto cobija el amor y el dolor de los Argentinos.Con los siglos, la surgiente patria Argentina se nutrió de la devoción por la Virgen de Luján: la creación de la bandera nacional tiene innegables raíces en los colores del Manto de María allí, a través de su creador Manuel Belgrano, así como fue fuente de apoyo para el libertador del cono sur, el General José de San Martín.
Declarada Patrona de Argentina, Paraguay e Uruguay. Juan Pablo II finalmente dio su toque definitivo al Santuario, con su visita y oración profundamente Mariana.
 Se puede decir sin miedo a equivocarse que la propia Madre de Dios marcó con su sello inconfundible la creación de esta Nación, y su historia actual también. Para los argentinos, es tiempo de volver los ojos a la mirada Misericordiosa de la Reina del Cielo, para suplicarle su ayuda urgente.
Virgencita de Luján, andadora de caminos,
danos la humildad del negrito Manuel,
verdadero prócer de esta patria.
Danos honestidad en nuestros corazones,
y sinceridad y caridad en nuestras acciones
haciéndonos esclavos de Tu Hijo Amado.
Ayúdanos a reconocerte en nuestro origen
como verdadera Madre de esta Nación,
bajo Tu Manto, que es nuestra bandera.
Danos amor por el trabajo honesto,
recordando a nuestros padres
que trabajaron esta tierra bendita.
Santa Madre de Dios
ayúdanos a encontrar la unión,
la unión en el amor a Dios.
Virgencita gaucha, danos a Tu Hijo Jesús
intercede ante El para que Luján brille
esperando el glorioso día de Su vuelta.
AMEN

jueves, 16 de marzo de 2017

Santo José Gabriel cura Brochero (EL CURA GAUCHO)

San José Gabriel del Rosario Brochero (Villa Santa Rosa16 de marzo de 1840Villa del Tránsito26 de enero de 1914) fue un presbítero católico argentino, llamado popularmente el cura gaucho.
El 4 de noviembre de 1866 fue ordenado sacerdote. Primero desempeñó su ministerio sacerdotal en la catedral de Córdoba y fue prefecto de estudios del colegio seminario Nuestra Señora de Loreto. Ya en 1867, Brochero se destacó por su entrega en la asistencia de los enfermos y moribundos de la epidemia de cólera que azotó a la ciudad de Córdoba. El 19 de noviembre de 1869 fue elegido vicario del departamento San Alberto, conocido hoy como el valle de Traslasierra, con sede en la localidad de Villa del Tránsito que a partir de 1916 llevaría su nombre. El valle de Traslasierra contaba entonces con unos 10 mil habitantes. El 24 de diciembre de 1869 partió de la ciudad de Córdoba para hacerse cargo del curato. Allí, asumió como propias las necesidades de la gente. Con sus manos construyó iglesias y capillas, levantó escuelas y abrió caminos entre las montañas, animando a los pobladores a acompañarlo. En su vejez el padre Brochero enfermó de lepra como resultado de convivir con enfermos que padecían esa enfermedad, compartiendo inclusive el mate con ellos. Por esa razón quedó sordo y ciego antes de morir, en 1914.
El proceso de canonización se inició en la década de 1960. Brochero fue declarado venerable por el papa Juan Pablo II en 2004, y beatificado en una ceremonia presidida por el cardenal Angelo Amato en la pequeña localidad cordobesa de Villa Cura Brochero el 14 de septiembre de 2013, durante el pontificado del papa Francisco. Fue canonizado el 16 de octubre de 2016, en una celebración presidida por el propio Francisco.
Cura Brochero 01.jpg   

martes, 28 de febrero de 2017

EL PAPA LE RECUERDA A LOS PARROCOS...

Papa Francisco a los párrocos: "estén cerca de los jóvenes"
Mensaje a los participantes en el curso de formación para párrocos

Francisco recuerda a los párrocos que son ellos los primeros interlocutores de la Iglesia con las familias cristianas, heridas o fracasadas, felices o infelices.


Por: Redaccion Papa Francisco | Fuente: ZENIT – Roma / 25 de febrero 2017 

- Los párrocos son los primeros interlocutores de la Iglesia con las familias, las uniones de hecho, uniones civiles, uniones fracasadas, los jóvenes que quieren casarse, felices e infelices. Por ello deben profundizar estos temas, para ser “compañeros de viaje de toda persona y en cualquier situación” con su testimonio y apoyo.
Así lo indicó el papa Francisco al recibir este sábado 25 de febrero en audiencia en el Vaticano, a los participantes en el curso de formación para párrocos, promovido por la Rota Romana, sobre el nuevo proceso matrimonial.
Invitó también a los párrocos a estar cerca de aquellos jóvenes que prefieren convivir sin casarse: “Ellos, en el plano espiritual y moral, están entre los pobres y los pequeños, para los que Iglesia, sobre las huellas de su Maestro y Señor, quiere ser madre que no abandona sino que se acerca y por los que se preocupa”. Y añadió: “También estas personas son amadas por el corazón de Cristo. Tengan hacia ellos una mirada de ternura y de compasión”.
Estos temas, indicó Francisco, han sido profundizados en el Sínodo de los Obispos sobre el tema “Matrimonio y familia”, y elaborados de forma orgánica en la Exhortación apostólica Amoris laetitia, y que son ellos los párrocos, que deberán aplicarla concretamente en su contacto cotidiano con las familias.
También para estar “cerca de aquellos cónyuges que, a causa de serios problemas en su relación, tienen necesidad de reavivar la fe y volver a descubrir la gracia del Sacramento; y en ciertos casos piden indicaciones para iniciar un proceso de nulidad”.
“Nadie mejor que ustedes -indicó el Pontífice- conoce y está en contacto con la realidad del tejido social en el territorio, experimentando su variada complejidad: uniones celebradas en Cristo, uniones de hecho, uniones civiles, uniones fracasadas, familias y jóvenes felices e infelices”, invitando así a los párrocos a ser con su testimonio y apoyo “compañeros de viaje de toda persona y en toda situación”.
Francisco además les invitó a dar testimonio de “la gracia del Sacramento del matrimonio y el bien primordial de la familia”, célula vital de la Iglesia y de la sociedad, proclamando que el matrimonio entre un hombre y una mujer es signo de la unión esponsal entre Cristo y la Iglesia.
“Tal testimonio lo realizan concretamente cuando preparan a los novios al matrimonio, haciéndolos conscientes del significado profundo del paso que están por cumplir. No dejen de recordar siempre a los esposos cristianos que en el Sacramento del matrimonio Dios, por así decir, se refleja en ellos, imprimiendo su imagen y el carácter indeleble de su amor”dijo.