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viernes, 17 de agosto de 2018

ORACION

Dame tu luz, Espíritu Santo, para que vuelva a descubrirte. Que tu gracia despierte una vez más la dulce alegría de tu amistad. Quiero caminar sumergido en tu amor, sostenido en tu gracia.
Mi corazón es pobre y se cierra. Pero yo sé que tu amor poderoso puede derribar los muros de mi indiferencia, y poco a poco lo lograrás. Aquí estoy, como pequeña criatura, débil y limitado. Pero sé que con tu amor soy fuerte, y que tu vida puede penetrar mi pequeñez. Contigo se abren siempre nuevos caminos y la existencia se renueva.
Ven Espíritu Santo, y triunfa con tu amor en mi vida.
Amén."


Texto extraído del Libro: “Los Cinco  Minutos del  Espíritu Santo” Autor:           Mons. Víctor Manuel Fernández

miércoles, 15 de agosto de 2018

ASUNCIÓN DE MARÍA SANTISIMA

La fiesta de la Asunción de la Santísima Virgen María, se celebra en toda la Iglesia el 15 de agosto. Esta fiesta tiene un doble objetivo: La feliz partida de María de esta vida y la asunción de su cuerpo al cielo.

“En esta solemnidad de la Asunción contemplamos a María: ella nos abre a la esperanza, a un futuro lleno de alegría y nos enseña el camino para alcanzarlo: acoger en la fe a su Hijo; no perder nunca la amistad con él, sino dejarnos iluminar y guiar por su Palabra; seguirlo cada día, incluso en los momentos en que sentimos que nuestras cruces resultan pesadas. María, el arca de la alianza que está en el santuario del cielo, nos indica con claridad luminosa que estamos en camino hacia nuestra verdadera Casa, la comunión de alegría y de paz con Dios”.

(Benedicto XVI -2010)



EN TIERRA SANTA...

Está la "iglesia de la Dormición", que se ubica en el monte Sión, a pocos pasos del Cenáculo. 
En ella se pretende recordar y celebrar el "transito" de la Virgen de este mundo al otro, siendo Asunta a los cielos, en cuerpo y alma.


Oración a María Asunta

Oh María Inmaculada Asunta al cielo,
tú que vives bienaventurada en la visión de Dios:
de Dios Padre que te hizo alta criatura, de Dios Hijo que quiso
ser generado como hombre por ti y tenerte como madre,
de Dios Espíritu Santo que en ti realizó la concepción humana del Salvador.

Oh María purísima,
Oh María dulcísima y bellísima,
Oh María, mujer fuerte y reflexiva.
Oh María, pobre y dolorosa,
María, virgen y madre,
mujer humanísima como Eva, más que Eva;
cercana a Dios en tu gracia, en tus privilegios,
en tus misterios,
en tu misión, en tu gloria.
Oh María asunta a la gloria de Cristo en la perfección completa
y transfigurada de nuestra naturaleza humana.
Oh María, puerta del cielo,
espejo de la Luz divina,
santuario de la Alianza entre Dios y los hombres,
deja que nuestras almas vuelen tras de ti
deja que se eleven tras tu radiante camino
transportadas por una esperanza que el mundo no tiene, la de la dicha eterna.
Consuélanos desde el cielo, oh Madre misericordiosa,
y por tus caminos de pureza y esperanza guíanos un día al encuentro feliz contigo
y con tu divino Hijo nuestro Salvador Jesús. ¡Amén!

(San Pablo VI)


jueves, 9 de agosto de 2018

PIDAMOS A MARÍA

ORACION

María, mujer de la escucha, haz que se abran nuestros oídos; que sepamos escuchar la Palabra de tu Hijo Jesús entre las miles de palabras de este mundo; haz que sepamos escuchar la realidad en la que vivimos, a cada persona que encontramos, especialmente a quien es pobre, necesitado y tiene dificultades.

María, mujer de la decisión, ilumina nuestra mente y nuestro corazón, para que sepamos obedecer a la Palabra de tu Hijo Jesús sin vacilaciones; danos la valentía de la decisión, de no dejarnos arrastrar para que otros orienten nuestra vida. 

María, mujer de la acción, haz que nuestras manos y nuestros pies se muevan «deprisa» hacia los demás, para llevar la caridad y el amor de tu Hijo Jesús, para llevar, como tú, la luz del Evangelio al mundo. Amén.

(Papa Francisco, Plaza San Pedro 31 mayo 2013)

lunes, 6 de agosto de 2018

LA TRANSFIGURACIÓN DEL SEÑOR

La Transfiguración del Señor en el Monte Tabor.

Esta hermosa imagen, en la iglesia Franciscana que se encuentra en la cima del monte Tabor, pone en evidencia el plan de salvación,representado con las imágenes de Moisés (La Ley) y Elias (Los Profetas) alcanzando la Gloria con la resurrección del Señor!!!










Pedro, Santiago y Juan, acompañan a Jesús subiendo el Tabor por esos senderos zigzagueantes, hasta llegar a la cima achatada, desde donde se puede apreciar el gran valle Armagedon, el lago de Genesaret y el mar.
Ya en el atardecer, son testigos de la Transfiguración del Señor. Sus ropas eran de un blanco reluciente, y sin entender demasiado, perciben que no hay mejor lugar para estar, que ese. Le ofrecen a Jesús hacer tres carpas, para Elias, Moisés y para Él... 
En ese momento escuchan salir de una nube la vos de Dios diciendo: "Este es Mi Hijo muy querido, en quien tengo puesta toda mi predilección, escúchenlo" y llenos de temor y con el rostro en tierra, escuchan al Maestro diciendo, "No teman"...
Y bajando luego del monte, les prohíbe contar lo sucedido, hasta que el Hijo del hombre, resucitase de entre los muertos...

sábado, 4 de agosto de 2018

Santo cura de Ars

Las autoridades eclesiásticas lo enviaron al pequeño pueblo de Ars porque pensaban que con sus limitaciones intelectuales no podría servir en una comunidad grande. Sin embargo, al llegar hizo una profecía: "la parroquia no será capaz de contener a las multitudes que vendrán hacia aquí".

Poco a poco el sacerdote se fue ganando el amor del pueblo y les inculcó el amor a la Eucaristía, siendo su fiesta favorita el Corpus Christi.

Cuando el Papa Pío IX definió el dogma de la Inmaculada Concepción, el santo pidió a los fieles que iluminaran sus casas en la noche y las campanas del templo resonaron por horas. La gente de los pueblos cercanos, al ver los destellos, pensó que el pueblo se estaba quemando y acudieron a apagar el supuesto incendio.

Todos conocen a San Juan María Vianney con el título de Cura de Ars. “Poco importa la opinión de algún canonista exigente que dirá, a nuestro juicio con razón, que el Santo no llegó a ser jurídicamente verdadero párroco de Ars, ni aun en la última fase de su vida, cuando Ars ganó en consideración canónica”, el Obispo de Belley solo le concedió el título de canónigo pero “el hecho real es que consagró prácticamente toda su vida sacerdotal a la santificación de las almas del minúsculo pueblo de Ars y que de esta manera unió, ya para siempre, su nombre y la fama de su santidad al del pueblecillo”.