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miércoles, 15 de diciembre de 2021

El mejor obsequio...



Las personas, aunque lo ignoren, esperan a Dios. 
Recordemos siempre que el mejor obsequio que podemos dar a alguien, es el regalo de la fe, el mensaje de que Dios ha visitado a Su Pueblo. Y que incluso, quienes se habían rebelado contra Él, pueden acercarse al Niño de Belén...
 El Señor está dispuesto a perdonar a todos, si tan sólo se vuelven a Él.

Su Palabra de salvación, llega en medio de la oscuridad para iluminarla. Cuanto más oscuro se vuelva todo a nuestro alrededor, tanto más resplandece la luz del Señor, y tanto más se aplican éstas palabras Suyas: “Sólo el Señor tiene la victoria y el poder”.


 Éste es el testimonio que los hombres necesitan de nosotros, celebremos este año con mayor devoción y ternura, porque sin Dios, no habrá verdadera paz, ni verdadera alegría.

Preparando los corazones para esta NAVIDAD!!!

viernes, 10 de diciembre de 2021

ABRIR EL CORAZÓN...

 



Abrir el corazón a la Gracia…

 La lectura de hoy nos da una idea: “Tu plenitud habría sido como un río, tu prosperidad como las olas del mar. Tu descendencia sería como la arena, el fruto de tu vientre como sus granos.”(Is.48,18)

 Tal vez también nosotros hemos estado en la situación de ver cómo una persona deja pasar su vida sin aceptar la mano que Dios le estrecha.

Tal vez se trate de una persona muy cercana, quizá incluso de nuestra propia familia… Posiblemente ella no es malvada, ni hace el mal intencionalmente.

Sin embargo, podemos notar que su vida no llega a la plenitud, que no puede resolver ciertas situaciones, que se le acumulan los problemas…

 ¡Esto duele! Por una parte, duele por el Señor, pues vemos cuánto se esfuerza Él por mostrarle al hombre el camino correcto, pero Su amor no es correspondido. Por otra parte, duele también por la persona en cuestión, pues se está apartando de la verdadera vida. Y además nos duele también por nosotros mismos, pues no podemos tener con ella una relación como hijos de un mismo Dios.

 ¡Qué distinta podría ser su vida! ¡Cómo podría desplegarse en ella la gracia, liberándola de todas las cadenas que la tienen atada!

Si consideramos la enorme cantidad de personas que aún deben ser tocadas por el evangelio y cuántas necesitan ser, por así decir, re-evangelizadas, constataremos que nos enfrentamos a una tarea titánica. ¡Si ya en un círculo pequeño resulta bastante difícil! Pero aquí nos ayudará poner nuestra mirada en el Espíritu Santo. Él es el evangelizador, Él es quien conoce todos los caminos del Señor y Él es quien nos invita a colaborar en Su obra.

 Pidámosle al Espíritu Santo que nos dé un corazón encendido. Y si somos totalmente indiferentes, con más razón hemos de acudir al Espíritu de Dios, pidiéndole que nos despierte de nuestro letargo.

 Entonces, Él se encargará de mostrarnos cuál es nuestro lugar, donde podemos servir de la mejor forma a Dios y a los hombres.

(Extraído de la reflexión del Hermano Elias)