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martes, 23 de febrero de 2021

Evangelio del martes 23 de febrero.- Mt 6,7-15

La primer lectura del libro de Isaías, vemos como el Señor compara la efectividad de su palabra, con la efectividad que tiene la lluvia o la nieve cuando cae del cielo. Porque empapa la tierra y la deja fecunda, propicia para que la semilla germine y de fruto.

y leímos antes del evangelio: El hombre no solo vive del pan, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios...

Y en el evangelio de hoy, Jesús nos enseña como debemos orar, aclarándonos, que no tenemos que hablar mucho al rezar. Porque nuestro Padre, conoce muy bien nuestras necesidades y nos regala la oración del Padrenuestro, que es claramente una enseñanza de vida, centrada en nuestro creador..

 Las lecturas de hoy no hacen ver claramente cuales son nuestras necesidades. 

Y como somos un todo, cuerpo y alma, tenemos necesidades materiales y también espirituales.

Muchos pasan toda su vida detrás de la zanahoria, detrás de los bienes materiales, y solo se acuerdan de Dios, cuando no le salen las cosas como quieren, o cuando le sucede alguna desgracia... 

Y ahí nos damos cuenta, que no podemos vivir en una sola dimension, la material. Que hay una dimension inmensamente mayor, que engloba y abarca todo. Que es el hacedor de todo lo visible e invisible y ese es Dios.

Hoy nos piden las lecturas que no olvidemos hacia donde debemos centrar nuestra vida...

 Primero a Dios y a su amorosa voluntad, para después llevarla a nuestros hermanos, para que todos a través de su palabra, entiendan que Dios, se hizo hombre en su amado hijo Jesús, para nuestra salvación, enseñándonos con su hacer y obrar, el camino que debemos seguir hacia la Jerusalén celestial.

Pidamos al Señor en el Padrenuestro, con toda conciencia en lo que rezamos, que tu eres nuestro Padre al cual amamos; y esperamos de ti, las bendiciones y bienes ; que todos son nuestros hermanos y que con ellos debemos construir el Reino, a partir de tu mano generosa y siempre abierta a nosotros, por el amor que nos tienes...

Amen. 

martes, 16 de febrero de 2021

Evangelio del martes 16/02- Mc 8,13-21

 Este sábado leímos en las lecturas, la multiplicación de los panes.  Ayer, en las lecturas vimos como los Fariseos, le piden un signo…

Hoy se extraña Jesús al verlos discutir a los discípulos, porque solo tenían un pan y olvidaron traer más a la embarcación.

Entonces le recrimina: No entienden? Tienen ojos y no ven? Tienen oídos y no escuchan?

Cuídense de la levadura de los Fariseos y de los Herodianos! Ellos representan la tozudez del poder.

Los Fariseos, porque están atados a la Ley, y no es más que una serie de ritos humanos, que se fueron apartado del mandato Divino.

Los Herodianos, son la clase gobernante, que solo busca su bienestar, mantenerse en el poder, sin importarle las necesidades del pueblo. Solo le importa su conveniencia.

Los dos están muy lejos de las enseñanzas de Jesús!

Por eso los advierte que se cuiden de no caer en esa corrupción, que los envuelve. Porque para los Judíos,  la levadura representa la corrupción, que va comiendo los azucares del grano para producir el fermento, que hace crecer la masa.

Esa masa envuelta en prejuicios,  soberbia  y egoísmos que alimenta este mundo, y no nos deja ver y sentir el paso de Jesús por nuestra vida...

Pidamos a Nuestra Madre del Cielo, que nos ayude a cultivar nuestra humildad. Que es el camino que nos aparta de lo banal de este mundo y para poder fijar nuestra mirada en las cosas de  Dios.

Amen. 

martes, 9 de febrero de 2021

LECTURAS DEL 9 DE FEBRERO

 


Génesis 1, 20 en adelante

Y el Evangelio de Marcos 7, 1-13

Tanto ayer, como hoy las lecturas describen el Génesis. Dios creando todo el universo. Las maravillas que todos podemos contemplar que dan testimonio de la huella de ese Dios creador, diría Santo Tomas. Y crea al Hombre y la mujer, haciéndonos a su imagen y semejanza, y nos da razón, voluntad y libertad, colocándonos por encima de todo lo creado, como administradores de todos los bienes…

Pero muchas veces perdemos de vista este eje fundamental, Dios/creación/hombre y nos ponemos nosotros como centro del universo cayendo en el (egoísmo o vanidad) o ponemos a la creación o sea las cosas de este mundo y vivimos como si las cosas materiales llenaran nuestra existencia, hasta que nos damos cuenta, que nuestra existencia terrena tiene un final.

Entonces debemos preguntarnos? Usamos bien nuestra libertad?

Marcos en el evangelio nos muestra un episodio muy común de la vida pública de Jesús, cuando los fariseos tratan de ponerlo como un transgresor de la ley, porque sus discípulos no cumplen con la tradición del lavado de manos antes de comer. Jesús les contesta duramente calificándolos de Hipócritas!

Este calificativo es usado muchas veces en los evangelios cuando les habla a los doctores de la ley, los ancianos y fariseos… Porque  fueron cargando de prácticas, ritos y costumbres a la ley, hasta hacerla imposible de cumplir. Además de darle mayor importancia a las costumbres humanas, tanto por conveniencia propia como por costumbre y tradición, dejando de lado los bienes superiores marcados por los mandamientos Divinos.

Esta distorsión de la voluntad divina, que hoy hacemos cuando juzgamos a todos x todo, por creernos que estamos por encima de los demás. Cuando no faltamos a ninguna ceremonia, ni cadena de oración, pero criticamos al que está a nuestro lado. Cuando  hacemos que no vemos, las necesidades de nuestros hermanos. Ahí somos nosotros los que perdimos el eje fundamental que es el Amor. Primero a Dios sobre todas las cosas y al prójimo, como a nosotros mismos. Por qué sabemos que en ello se resume toda la ley, en el mandamiento del amor… Si no como dice  Jesús… es hipocresía!

Pidamos al Señor no distraernos con tentaciones de este mundo, que nos alejan del verdadero amor.

La compresión, la caridad y la Misericordia hacia nuestros hermanos, debe ser nuestro eje…

 Llevando el evangelio, acercándolos a los sacramentos y tratando de cubrir sus necesidades físicas y espirituales.

 Y sobre todo siendo conscientes que solo así, intentamos de cumplir con la voluntad de Dios…