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jueves, 26 de abril de 2018

LA IGLESIA AL FRENTE DEL SERVICIO

DECÍA EL PAPA FRANCISCO EN LA CLAUSURA DE LA III ASAMBLEA GENERAL DEL SÍNODO DE OBISPOS. (octubre 2014)

 Esta es la Iglesia, la viña del Señor, la Madre fértil y la Maestra atenta, que no tiene miedo de arremangarse para derramar el óleo y el vino sobre las heridas de los hombres (cf. Lc 10, 25-37); que no mira a la humanidad desde un castillo de cristal para juzgar o clasificar a las personas. 
Esta es la Iglesia una, santa, católica, apostólica y formada por pecadores, necesitados de su misericordia.
 Esta es la Iglesia, la verdadera esposa de Cristo, que trata de ser fiel a su Esposo y a su doctrina. 
Es la Iglesia que no tiene miedo de comer y beber con las prostitutas y los publicanos (cf. Lc 15).
 La Iglesia que tiene las puertas abiertas de par en par para recibir a los necesitados, a los arrepentidos y no sólo a los justos o a aquellos que creen ser perfectos. 
La Iglesia que no se avergüenza del hermano caído y no finge de no verlo, es más, se siente implicada y casi obligada a levantarlo y animarlo a retomar el camino y lo acompaña hacia el encuentro definitivo, con su Esposo, en la Jerusalén celestial.

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