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miércoles, 19 de junio de 2024

DIOS ESTA DENTRO NUESTRO...

 

Dios está en nosotros

Ya saben que Dios está en todas partes. Claro que está donde está el rey, allí dicen que está la corte.

En fin, que donde está Dios, es el cielo. Sin duda pueden creer que adonde está Su Majestad está toda la gloria…

 Miren que dice San Agustín que lo buscaba en muchas partes y lo halló dentro de sí mismo. ¿Piensan que importa poco para un alma entender esta verdad y ver que no hay que ir al cielo para hablar con su Padre Eterno, ni para entregarse a Él, ni hay que esforzarse en hablar a viva vos? Por bajo que hable, está tan cerca que nos oirá.

Tampoco necesitamos alas para ir a buscarlo, sino ponerse en soledad y mirarlo dentro de sí y no extrañarse de tener tan buen huésped, sino con gran humildad hablarle como a padre, pedirle como a padre, contarle nuestros trabajos, pedirle soluciones para ellos, entendiendo que no somos dignos de ser sus hijos. (…)

Pero cuando un alma está comenzando a ver esta realidad, como no sentirse alborotarla por verse tan pequeña y tener en sí algo tan grande…

 Es que el Señor no se da a conocer hasta que va ensanchándola poco a poco, conforme a la tarea para la cual penetró en ella…

Por esto digo que trae consigo la libertad, porque tiene el poder de hacer grande el palacio.

Todo el punto está, en que se lo demos por suyo con toda determinación, y nos despojemos de nuestras cosas, para que pueda poner y quitar como en algo propio…

Tiene razón Su Majestad, no se lo neguemos. El no fuerza nuestra voluntad, toma lo que le damos, mas no se da a Sí mismo del todo, hasta que no nos damos del todo…

Santa Teresa de Ávila (1515-1582)
carmelita descalza y doctora de la Iglesia
Camino de perfección, 28,2.12, Adapt. sc©evangelizo.org, 2024

lunes, 29 de enero de 2024

Fiesta de la Presentación del Señor/ Nuestra Señora de la Candelaria

 


Hoy es la fiesta de la presentación del Señor en el Templo. Allí llegaron José y María con el niño y las dos palomas, como lo marca la ley de Moisés, después de los cuarenta días de purificación.

Sobre el lado este de la ciudad amurallada de Jerusalén, se encuentra la puerta Dorada, que da en forma directa al templo. (Tapiada desde la edad Media por Solimán el Magnífico) Por que los musulmanes, de acuerdo a la creencia Judía/ Cristiana, el Mesías entrará por esa puerta…

Por esta puerta, ingresaron José, María y el niño Dios...

Al entrar fueron recibidos por Simeón, que lo toma en sus brazos y da gracias al Señor, por haber visto la salvación del pueblo de Israel y continuo diciendo:

“Luz para iluminar a las naciones paganas y Gloria de tu pueblo Israel”

Simeón los bendijo y dijo a María: “Este niño será causa de caída y de  elevación para muchos en Israel; será signo de contradicción, y a ti misma una espada te  atravesará el corazón”…  

Desde los primeros tiempos en la iglesia de oriente, se festejó como la fiesta del encuentro, o de la candelaria o de la luz. Más tarde en el siglo IV en Roma , tomo un carácter penitencial, fundiéndose con una tradición romana, de la fiesta de LUPERCALES, asociada a los cirios y antorchas en manos de los fieles en procesión.



jueves, 18 de enero de 2024

18 de enero - SANTA MARGARITA DE HUNGRIA

 


La princesa Margarita nació el 27 de enero de 1242. Solo un año antes, su nación había caído en manos de los ejércitos mongoles, lo que había traído tristeza, hambre y destrucción. En esas trágicas circunstancias, Bela y María, pidiendo por la liberación de Hungría, prometieron a Dios que si les concedía una niña, esta sería consagrada a su servicio como monja.
Cuando Margarita tenía solo tres años fue confiada a las dominicas de Veszprém. A los doce, sería trasladada al nuevo monasterio que su padre, el rey, había edificado en la pequeña isla del Danubio que está cerca de la Ciudad de Buda (Budapest). En ese monasterio la santa pasaría el resto de su corta vida. Allí profesó sus votos ante fray Humberto de Romans, maestro general de la Orden de Predicadores (dominicos) entre 1254 y 1263.
 La joven princesa se dedicó con fervor heroico a recorrer el camino de la perfección. La ascesis conventual -silencio, soledad, oración y penitencia- se fue armonizando de a pocos con su celo por la paz, su valentía natural para denunciar la injusticia y el afecto hacia sus compañeras, a las que sirvió en las labores más humildes. El claustro se había convertido en el lugar perfecto para que Margarita viva y se desviva por la tierra de sus padres. Jesús y la Virgen habrían de escuchar siempre su oración.
En algunas oportunidades sus padres le enviaron fastuosos regalos, los que nunca quiso para sí. Apenas podía, se deshacía de ellos donándolos para beneficio de los pobres que estaban bajo el cuidado de su monasterio. Y cuando el rey y la reina quisieron dar marcha atrás y cambiar por completo la dirección de la vida de su hija -negando la promesa hecha al Señor- y quisieron casarla; ella, con toda libertad, se negó. No cambiaría por nada lo que le llenaba el alma y le daba el mayor consuelo: rezar, contemplar a Jesús crucificado, amar cada día más la Eucaristía y gozar de los cuidados de la Virgen María.

Cada 18 de enero, día de su Pascua, la Iglesia Católica celebra a Santa Margarita de Hungría, a quien Pío XII la invocaba en su canonización el 19 de noviembre de 1943 como “mediadora de la tranquilidad y de la paz fundadas en la justicia y la caridad de Cristo, no sólo para su patria, sino para el mundo entero”.

Recemos a santa Margarita, por la tranquilidad y la paz de nuestra patria, por la difícil situación que transitamos en estos tiempos, para que por su intercesión, podamos alcanzar la gracia de nuestro Señor Jesucristo.

Amen.

miércoles, 6 de diciembre de 2023

LOS REYES MAGOS...

 

EPIFANIA DEL SEÑOR O FIESTA DE LOS REYES MAGOS

San Agustín (siglos cuarto y quinto) en sus sermones de la Epifanía afirmó que llegaron el día 13 después del nacimiento del Señor. Es decir, el 6 de enero del calendario actual.

Originarios de lo que hoy es Irán, donde constituían una clase sacerdotal, los magos habían adquirido gran influencia en Babilonia (hoy Iraq). Se distinguían por su afición al estudio de la Astronomía, o mejor, Astrología, que era y es, una ciencia adivinatoria basada en el principio de que la vida de los hombres se desarrolla bajo la influencia de los astros.

Por el trato con los judíos, que habían difundido por todo el Occidente sus esperanzas mesiánicas, tenían conocimiento del esperado Mesías, Rey de los judíos, el cual, como todos los grandes personajes, debía tener una estrella que vaticinase su destino. La naturaleza de esta estrella es muy misteriosa.

En el relato de San Mateo, la estrella juega un papel importante. Es una estrella que los magos vieron en Oriente, pero que luego se les perdió de vista encontrándola al salir de Jerusalén camino a Belén, donde se mueve delante de ellos en dirección norte-sur, finalmente se detiene sobre la casa donde estaba el Niño. Los magos dicen haberla conocido como la estrella de Jesús. "Hemos visto su estrella en Oriente y hemos venido a adorarle" (Mt. 2,2)

Una de las tradiciones sobre los Magos de Oriente dice que había tres Magos que, además, eran reyes. Los Tres Reyes de Oriente: Melchor, anciano de barba larga que obsequia al Señor con oro como corresponde a un Rey. Gaspar, joven lampiño que le obsequia incienso (es un perfume a base de resina de árboles que se quemaba en el templo) como homenaje a su Divinidad. Baltazar, de raza negra, que le entrega mirra (polvo perfumado que se mezcla con aceite para consagrar a los sacerdotes, o bien mezclado con el vino ayudaba a calmar dolores) a Jesús hombre como profecía de su muerte y sufrimiento.

 
RELICARIO DE LOS TRES REYES MAGOS
CATEDRAL DE COLONIA

En cuanto al número de reyes, los monumentos arqueológicos fluctúan considerablemente, un fresco del cementerio de San Pedro y San Marcelino en Roma representa a dos; un sarcófago que se conserva en el museo de Letrán muestra a tres; cuando aparecen en el cementerio de Santa Domitila y hasta ocho en un vaso del museo Kircheniano.  En las tradiciones orales, sirias y armenias llega a hablarse de doce.

Ha prevalecido, no obstante, el número de tres, acaso con la correlación con los tres dones que ofrecieron: oro, incienso y mirra, o porque se les creyó representantes de las tres razas: Aria, Amarilla y Negra (Sem, Cam y Jafet, los hijos de Noé que dieron origen a dichas razas).

El número definitivo lo proclama en Occidente el Papa San León I en el siglo V; además este Papa fija también sus edades en 20, 40 y 60 años; y sus razas como blanca, negra y amarilla, que son las únicas admitidas en la antigüedad.

En cuanto a sus nombres, Beda el venerable, Teólogo inglés de principios del Siglo VIII, fue uno de los que primero usaron los sombres que hoy nos son tan familiares: Melchor, Gaspar y Baltazar. A finales del Siglo VII y en el siglo IX, aparecen en París y en Italia respectivamente un manuscrito anónimo en donde aparecen los nombres de Bisthisares, Melechior y Guthaspa.

Su condición de reyes carece de fundamento histórico, parece que esto se deduce de un salmo que dice: "los reyes de Tarsis y las Islas le ofrecerán sus dones; los reyes de Arabia, Saba le traerán regalos". Nunca en las antiguas representaciones del arte cristiano aparecen con atributos regios, sino simplemente con gorro frigio y hábitos de nobles persas.

También, sobre el lugar de su origen, discrepan los documentos antiguos, unos los hacen proceder de Persia, otros de Babilonia o de Arabia y otros de Egipto o de Etiopía. Sin embargo, un dato arqueológico del tiempo de Constantino muestra la antigüedad de la tradición que parece interpretar mejor la intención del evangelista, haciéndolos oriundos de Persia. Esto fue debido a lo que refiere una carta sinodal del Concilio de Jerusalén del año 836, que en el 614, cuando los soldados persas de Cosroas II, destruyeron todos los santuarios de Palestina, respetaron la Basílica Constantiniana de la Natividad en Belén, porque al ver el mosaico del frontispicio que representaba la adoración de los Reyes Magos, creyeron por la indumentaria que se trataba de sus compatriotas.



 Catedral de Colonia, Alemania, donde están las reliquias de los Reyes Magos

 En 1164, el emperador alemán Federico Barbarroja regaló a la ciudad de Colonia las reliquias de los Reyes Magos, mismas que fueron trasladadas desde la Tierra Santa a Milán, y desde ahí a Colonia. Miles de peregrinos empezaron a llegar a Colonia para ver el rico tesoro de los legendarios Reyes Magos. Así, en 1248 inició la construcción de una catedral que estaría a la altura de tal tesoro, la de Colonia. Hoy, dicha catedral es uno de los monumentos góticos más impresionantes de Europa cuya construcción duró más de 600 años.



(ART. DE LORENA BAIS EN MISIONEROS DIGITALES CATOLICOS- MDC)

domingo, 26 de noviembre de 2023

CRISTO REINA


 CRISTO REY

Hagamos presente el Reino de Dios con nuestro amor. Dejemos que Jesús nos enamore otra vez en este día, para que no pasemos de largo cuando lo veamos sufrir en los otros…

Él nos evaluará solo por el amor que dimos, por si nos hicimos cargo o no del sufrimiento ajeno...

Copiemos a quien decía… «Nosotros, los que estamos en una posición desahogada, miremos a los que se ahogan en su posición» ... 

 

(Extraído de la Solemnidad de Cristo Rey, por P. Rodrigo Aguilar)


miércoles, 15 de noviembre de 2023

LA SEGUNDA VENIDA...

 


¡Esperemos y recibamos al Señor!

El verdadero Cristo, el Hijo único de Dios, no volverá más sobre la tierra. Si alguien viene en los desiertos, como una aparición, no salgas a verlo. “Si alguien les dice entonces: "El Mesías está aquí o está allí", no lo crean” (Mc 13,21). No mires más hacia abajo, hacia la tierra. Ya que el Maestro descenderá desde los cielos. No solo como antes, sino con una numerosa compañía, escoltado con miríadas de ángeles. No como la secreta lluvia sobre el vellón, sino como el relámpago que brilla con esplendor. Dice “Como el relámpago que sale del oriente y brilla hasta el occidente, así será la Venida del Hijo del hombre” (Mt 24,27). Y también “Verán al Hijo del hombre venir sobre las nubes del cielo, lleno de poder y de gloria… Y él enviará a sus ángeles para que, al sonido de la trompeta, congreguen a sus elegidos de los cuatro puntos cardinales, de un extremo al otro del horizonte” (Mt 24,30.31). (…)

Esperemos y recibamos al Señor que viene desde el cielo, sobre las nubes. Entonces sonarán las trompetas angelicales. Los que descansan en Cristo resucitarán primero. Entre los vivos, los que practican la piedad serán elevados en las nubes y recibirán el premio por sus pruebas, un homenaje más que humano porque han soportado combates sobrehumanos. Así lo escribe el apóstol Pablo: “Porque a la señal dada por la voz del Arcángel y al toque de la trompeta de Dios, el mismo Señor descenderá del cielo. Entonces, primero resucitarán los que murieron en Cristo. Después nosotros, los que aún vivamos, los que quedemos, serenos llevados con ellos al cielo, sobre las nubes, al encuentro de Cristo, y así permaneceremos con el Señor para siempre” (1 Tes 4,16.17).

 (San Cirilo de Jerusalén - 313-350)


viernes, 3 de noviembre de 2023

NUESTROS DIFUNTOS...

 



LA MEMORIA DE LOS DIFUNTOS             (Por GIANCARLO PANI)

Ante tal desolación, el hombre está llamado a interrogarse sobre el sentido de la vida y, al mismo tiempo, sobre el sentido del fin. El creyente, aunque iluminado por la esperanza de la resurrección, no sabe nada de lo que le espera una vez que cruce el umbral del más allá. Sólo le sostiene una certeza, expresada con gran eficacia por Juan de la Cruz:

«Lo que sucederá al otro lado cuando para mí todo se vuelva hacia la eternidad, no lo sé.

Creo; sólo creo que me espera un Amor.

Sólo sé que entonces, pobre y desahogado, tendré que hacer balance de mi vida. Pero no desespero, porque creo, realmente creo que me espera un Amor».

La fe en este Amor no puede dejar de orientar nuestra vida al amor, al seguimiento de Jesús, que vivió en el amor y por amor afrontó la muerte.

Para entrar en la vida que el Señor nos da, debemos pasar por el «morir»: como Él y con Él.

Jesús comparte la misma suerte que nosotros y muere como nosotros, aunque su muerte es distinta: para nosotros es consecuencia de ser criaturas y del pecado, para él en cambio es una «entrega» (Gal 2,20; Ef 5,2), un «darse a sí mismo» por nuestra salvación (cfr. Jn 19,30). Para que no se pierda ninguno de los que el Padre le ha confiado y lo resucite en el último día (cfr. Jn 6,39).

En esta perspectiva, la Iglesia nos invita a rezar por los difuntos. En cada celebración de la Misa, la Iglesia invoca el perdón divino: «Acuérdate también de nuestros hermanos que se durmieron con la esperanza de la resurrección y de todos los que han muerto en tu misericordia; admítelos a contemplar la luz de tu rostro»[4]. A partir del siglo X, la oración se eleva el día después de la fiesta de Todos los Santos: en la celebración solemne, el sacerdote recuerda, además de aquellos por quienes se ofrece la misa, a todos los difuntos cuya fe ha conocido el Señor. De este modo, se nos invita a rezar por nuestros seres queridos y por aquellos en los que nadie piensa ni reza.

El Nuevo Testamento afirma que el encuentro con Dios implica un juicio final sobre la persona y sobre la historia, donde el juez es Jesús y la norma del juicio es la relación personal con Él. En la parábola del juicio del Evangelio de Mateo, el Señor declara: «Les aseguro que cada vez que lo hicieron con el más pequeño de mis hermanos, lo hicieron conmigo» (Mt 25,40). Se trata de los hambrientos, los sedientos, los excluidos, los enfermos, los encarcelados, los necesitados de ayuda: cada «hermano pequeño» representa el rostro del Señor.

En la celebración de la Misa y en el «Ave María» pedimos que la hora de nuestra muerte nos encuentre en condiciones de recibir el perdón divino y de acoger el amor de Aquel que se hizo hombre para salvarnos y murió y resucitó por nosotros. La última palabra de la vida, y de nuestra historia, no es, pues, la muerte, sino una existencia nueva, como resucitados, en comunión con el Señor Jesús.